Dentro del mundo de las mascotas empieza a sonar el nombre de etólogo/a, familiar para algunos y desconocido para otros. Pero, ¿en qué consiste su trabajo?
La etología es una rama de la biología que se encarga de estudiar el comportamiento de todos los animales. Dentro de esta ciencia encontramos la etología clínica, el objetivo principal de la cual es prevenir, diagnosticar y tratar los problemas de comportamiento de los animales domésticos (principalmente, perros, gatos, caballos y animales exóticos), basándose en la fisiología de la conducta y en estudios científicos actuales.
Una conducta es el resultado de la acción de factores fisiológicos y factores externos. Por tanto, cualquier problema de comportamiento puede estar causado por varios factores: médicos (dolor, enfermedades, problemas neurológicos) y/o etológicos (mala socialización, experiencias traumáticas, estrés). Es por esto que, con el fin de llegar al diagnóstico correcto, el etólogo/a analiza al animal teniendo en cuenta su ambiente y su historial médico.
Teniendo en cuenta la personalidad del individuo y respetando su bienestar, se busca que el animal mejore su gestión emocional y aprenda un comportamiento que le ayude a superar el problema a través de técnicas de modificación de conducta. Este tratamiento también consiste en dar al compañero/a humano/a las herramientas necesarias para que sepan gestionar la convivencia diaria a través de la modificación del ambiente y del manejo. En casos donde se considera necesario, se utilizan fármacos como terapia de soporte.
Asimismo, basándose en la ciencia del aprendizaje, un/a etólogo/a no solo trabaja en la resolución de casos de problemas de comportamiento, sino que también en el adiestramiento de conductas y habilidades específicas, como la educación canina básica (u obediencia básica, a pesar de que no nos gusta usar esta terminología ya que no imponemos al animal a realizarlas, sino que lo animamos a ello).
Por lo tanto, el/la etólogo/a puede tener el papel de aconsejar cuando se quiere introducir una nueva mascota en casa, de ayudar a prevenir problemas con cursos de socialización de cachorros o cursos de entrenamiento básico, y de encontrar la causa de un problema de comportamiento y cómo modificarlo.
Actualmente, existen cada vez más categorías de profesionales dentro del ámbito de comportamiento de nuestras mascotas, como adiestrador/a, educador/a, etólogo/a, etólogo/a veterinario/a… Pero, ¿qué los diferencia uno/a de otros/as? Pues básicamente su formación académica y laboral.
Sin embargo, hay que destacar que estas profesiones no son incompatibles, etólogos/as, veterinarios/as o no, pueden trabajar conjuntamente, y éstos pueden recomendar el trabajo con un/a educador/a o adiestrador/a si el caso lo requiere.
Lo importante es la metodología del/a profesional y que sea consciente de sus limitaciones para colaborar con otros/as que le puedan complementar.