Sí, a veces los perros pueden comer cacas. Y debemos saber que comer cacas de animales de otra especie es una conducta normal, aunque no nos guste nada.
Este acto se llama coprofagia que es el comportamiento que tienen algunos perros de ingerir heces, ya sean las suyas o las de otros animales. Aunque para nosotros es algo incomprensible, para ellos puede ser una forma natural de explorar o lidiar con ciertos problemas.
Lo que es más raro es que ingieran cacas de su misma especie, es decir de otros perros, o que ingieran cacas de otras especies pero de manera obsesiva. Si este es tu caso, te explico varias razones por las puede haber desarrollado esta conducta.
Podría ser por un problema órganico: como por ejemplo problemas digestivos, falta de nutrientes, malestar abdominal, problemas pancreáticos, síndrome de mala absorción o parasitosis.
Si nos vamos a causas conductuales: podría ser por haber estado en un ambiente poco estimulado, por ejemplo, que haya estado en una jaula durante tiempo, al no poder saciar su parte exploratoria, la única distracción era ingerir heces.
También podrían comerse las cacas esos perros que son castigados cuando han hecho la caca en casa, y relación la presencia de la caca con castigo, por lo tanto, se comen la caca para evitar el castigo.
También hay razas como los retriervers, que tienen un comportamiento exploratorio más marcado y a veces podemos ver coprofagia.
Algunas heces de animales son más apetitosas, sobretodo las más proteicas como la de los gatos, por lo tanto, las comen por el simple hecho que les gusta.
Y por último, podría ser como una conducta de desplazamiento. El perro se siente incómodo, estresado, tiene pocos recursos o pocas estrategias para afrontar la situación y como descarga se come cacas.
¿Deberíamos dejar a nuestros perros hacerlo? Mejor que no, porque no sabemos si esas heces tienen parásitos o bacterias perjudiciales. Pero en el caso que lo haga, no debemos reñirles, porque es una conducta normal. Mejor retirarlo o anticiparse para que no llegué a cogerla o evitar lugares donde sabes que puedan haber heces para que no estés todo el paseo batallando con tu perro.
Y si crees que tu perro es un caso que está muy obsesionado en comer heces, llévalo al veterinario para poder descartar cualquier problema orgánico y si está todo bien, contacta con un etólogo para que te pueda ayudar en la parte conductual.