- No podemos controlar la intensidad de la descarga.
Para poder escoger la intensidad adecuada es complicado. Depende de muchos factores:
Hay collares que fallan. Hay perros que son más sensibles a los estímulos aversivos. La sensibilidad es subjetiva y variable.
Dependiendo de la morfología del perro, la descarga la podrá notar más o menos. Los perros de pelo largo o con más grasa podrían notarlo menos por ejemplo. También hemos de tener en cuenta si el pelo esta húmedo o seco.
La elección del nivel adecuado lo pueden escoger los propietarios, ya que estos collares se venden en cualquier tienda animal. Cuando una persona no profesional utiliza el collar de descarga no tiene en cuenta muchos factores (el timing, la intensidad, la duración, el estado del perro…).
- Creamos asociaciones indeseadas
La descarga debe ser aplicada en el momento adecuado para que el animal asocie la descarga con su conducta. Si lo aplicamos un segundo antes o después, podría asociar el dolor con otros elementos del entorno (perros, personas, objetos…), generando nuevos problemas.
Este riesgo de que asocie a otros elementos es muy arriesgado, ya que en vez de mejorar su problema conductual, podríamos empeorarlo provocándole miedo a perros, personas, niños o otros elementos presentes en ese mismo momento a su alrededor.
- Podemos aumentar la agresividad
Debido a que causa dolor, podría desencadenar conductas agresivas por parte del animal como respuesta de defensa.
- Podemos producir lesiones en el cuello
Podemos producir lesiones en el cuello, ya que los dos puntos descarga han de estar en contacto estrecho con la piel, por lo que el collar se ha de ajustar apretadamente contra el cuello.
- Creamos perros impulsivos por aprendizaje
Al aplicar la descarga para castigar las señales de agresividad (ej, gruñir, enseñar los dientes, etc), podemos llegar a suprimir las mismas, con lo que el animal pasaría a atacar sin previo aviso, aumentando su peligrosidad.
- La obediencia es sin motivación
La obediencia a través del dolor, implica que el animal estará en un estado emocional negativo y se verá obligado a obedecer para evitar el dolor.
- No trabajas la causa del problema conductual
Al producir la descarga, no estamos trabajando la causa del problema conductual, si no que queremos eliminar la expresión de ella.
- No hay evidencia científica
No hay ningún estudio que apoye que son más efectivos que los métodos basados en el refuerzo positivo. Pero sí que sabemos por estudios, que la educación en positivo es más efectiva a largo plazo y que la educación con aversivos genera a la larga consecuencias negativas como estrés, miedo, ansiedad o agresividad.
- Inhibes al animal
Una aplicación inadecuada que haga que el animal no tenga ningún control sobre lo que está pasando puede generar una indefensión aprendida, una condición que daña gravemente el bienestar: el animal inhibe todas sus conductas, ante la imposibilidad de escapar de una situación negativa. Esto puede pasar con una simple descarga (Seligman y Maier, 1967).
- El peligro de vallas eléctricas
En el caso de vallas electrónicas invisibles no impiden la entrada de amenazas para el perro, y castigan al perro si trata volver, en el caso de escaparse.
Tú, que acabas de leer esta información, contribuirás de alguna manera a mejorar el bienestar de nuestros animales al difundir conocimientos sobre el tema.
¡Muchas gracias!